martes, 19 de junio de 2012

Verte en la mañana y sonreir, es lo más lindo de cada una de mis mañanas.
Ahora bien, el que no te haya visto la mañana de hoy, claramente torna mi vida bastante más gris.
Por otra parte, aquél tipo de ojos claros, atrasado, irrumpe en el salón con el cansancio y la alegría mañanera. - y yo, mecánicamente intento cruzar mi mirada con la suya, esperando algo me contagie. no pude verle a la cara - es que hoy verle, no me hace feliz.
Estupida, y equivocadamente, verle cada mañana me hacía feliz. Verle dormido, cansado, enfadado, pretensioso era esa chispa que necesita uno para seguir.
no seguir respirando (y es que no es tan así la cosa), sino más bien seguir con esto, (¿esto qué?) con las ganas, con la fe, con la esperanza de que aquel amor incólume genere frutos. de que aquella mirada/caricia/sonrisa triunfe por sobre el miedo que hay rondándote (rondándola.)