Como cuando sonríes y todo está oscuro, y no veo ni mis manos, ni el contorno de tu cara, cuando no veo nada, ni la silueta de las cortinas y siento tu sonrisa queriendo encontrar la mía.
¡Cuan feliz es el hombre inocente sin delito! Del mundo que se olvida por el mundo olvidadoEl eterno resplandor de una mente sin recuerdosCada rezo cumplido, cada deseo rechazado.