jueves, 17 de octubre de 2013

antes de tomar la croquera, un suspiro mañanero.

Me empelotan.
Tu y tu banda de hipsters, hippies, tus amigos fashionmente despreocupados y tan descuidadamente cool.

No me podis venir a decir que no te interesa la política.
No, no, y no. Yo, no te lo voy a permitir.
Por que yo no voy a ser esa comadre que se quede callada después de tu frase hecha "Los políticos son todos unos mentirosos"
Yo te voy a mostrar por qué, no me podís decir que te da lo mismo:

No me podís venir a decir que te da lo mismo que en el país en el que vives, en la ciudad en la que vives, haya pobreza, haya enfermedad, haya hambre, haya gente sin casa.
No me podís decir que te da lo mismo que las micros sean inseguras, que no tengan horarios regulares.
No me podís decir que te da lo mismo que ahora con 100 pesos no te podai comprar un super 8, ni un bigtime.
No me podís decir que te da lo mismo que tus profesores de arquitectura, arquitectos no hayan parado una casa en su vida.
No me podis decir que no te gustaría que todo cambiara.

No comparto tu pensamiento, joven pacífico de la onda "No me gustan los revolucionarios" "No se puede cambiar el mundo"
Porque eres joven, tu cuerpo y tu mente claman revolución, porque quieres vivir en otro mundo.

Porque eres joven y te sientes fuera de lugar, porque sientes que no te escuchan, porque como todo joven, crees tener la razón, porque a lo mejor tienes razón, porque ya dejaste de ser niño y quieres seguir siendo el regalón de la casa, pero no quieres ni pasar la aspiradora, porque te pusiste a trabajar en el verano, pero pediste plata para ir comprar el pan esa tarde de enero, porque en tu familia todos piensan distinto, porque tus amigos son todos "comunistas", porque tus papás son "fachos", porque no "entiendes" la política, porque fumas marihuana sabiendo que es un delito en Chile, y te cagai de la risa, en rebeldía.

A ti, joven, pacifista, aspirador a green peace, niñita hipilais con tus blusas de colores y mochilitas estampadas de flores, joven de jeans pitillo y camisa a cuadros, sí, a ti, cibernauta social, navegador de mundos no tangibles, lector de novelas de ficción, a ti, cinéfilo noventero, y a todos los demás que dicen no estar ni ahí, les digo:

voten

Si no se sienten identificados con ningún partido político, háganlo saber
Si no les gusta ningún candidato, háganlo saber.
Si no le creen a ninguno, háganlo saber.
Si creen que el problema está en la constitución, háganlo saber.

Hágase escuchar.
Usted puede anular su papeleta presidencial marcando una respuesta ambigua, por ejemplo, todos los candidatos, o tachando todos sus nombres ó usted podría, por ejemplo, dejar su papeleta en blanco. Y así dar a entendernos que usted está interesado en participar en las elecciones, sólo que la opción que usted busca, no está. nos haría saber su decepción. Si, vote en blanco si quiere, pero vote, es su oportunidad de comunicarse con esa gente que está allá arriba, lejos, bien lejos, sentado en un palacio o tirando papeles y mascando chicle en un congreso con aspiraciones de dinosaurio, gigante y devorándolo todo hasta el paisaje el entorno la avenida argentina y pedro montt. Manifieste que no le gusta que estén tan arriba, que tengan sueldos tan grandes, que masquen chicle y que no vayan nunca al trabajo, porque usted cumple con sus obligaciones.

Ahora que lo está pensando, imagine una posibilidad imposible (¿Por qué no?) Imagine que usted y sus amigos votan, y votan blanco o nulo, imagine nuestro próximo presidente o presidenta sale electo o electa con tan sólo un 30% de aprobación, y el resto de la gente votó, tal como usted lo hizo.
¿Sería su gobierno representativo?
¿Tendría usted lugar a reclamar, todas las cosas que no le parecen?
Tendría usted al 70% de la población de su país de su lado, sin ser escuchado.