existen muchos lugares desconocidos de mí. incluso para mi misma. no saber por ejemplo, qué se esconde detrás de mi miedo, o que hay debajo de mi corazón.
a donde vuelan las mariposas de mi estómago cuando me duele la guata o donde cresta junto tanto moco, no sé tampoco en cual de las veinticuatro esquinas de mi cerebro fue que dejé todas mis ideas, o donde quedaron un montón de ganas que tenía de hartas cosas... están acá adentro pero vaya a saber uno donde están.
si no tuviera tantas esquinas, tantas vueltas, tanto pasaje, tanta escalera y tanto recoveco podría conocerme yo a la perfección y descubrirme así, como una pradera al medio de un bosque.
mañana tomo mi mochila y me salgo a recorrer, se ha dicho.
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